Colección Narrativa

Clara ya habitaba África, incluso antes de haber sacado los pasajes. Escribía, dibujaba, miraba imágenes de ese territorio lejano, con una sensación de cercanía que no podía explicar. Su pecho se encendía y latía muy fuerte. Tan fuerte que de pronto estaba en Sudáfrica, y  meses después era parte de una comunidad en Rusinga,  Kenia.

Este libro trata sobre un viaje a África, pero sobre todo, es un viaje al corazón de la autora, que ríe y llora, baila y se angustia porque lo que se le revela es tan inmenso, lleno de desafíos y de “incomodidad”, que la única forma que encuentra es vivir todo al máximo, entregarse a cada momento, con todo lo que eso implica.

Le toca experimentar la distancia con sus seres queridos en plena pandemia. El desapego y la nostalgia, tanto como la fortaleza y la luz que Clara encuentra en los niños y demás personas, son destellos de esta maravillosa bitácora viajera. 

Si viajas o estás por hacerlo, tenés que leer cada uno de los capítulos, porque seguro que encontrás la ternura e inspiración para seguir explorando, cambiando, y avanzando hacia el descubrimiento de tus múltiples versiones. ¿Cuánto tiempo me quedaré en África? Nos recuerda además que el tiempo, así como lo conocemos, no existe. Un segundo puede ser la eternidad y el mundo te está esperando. ¡Dale, animate, armá la mochila!

Somos nuestro árbol, aún sin saberlo. La sangre nos corre con información y asistimos día a día al misterio de recordarnos y perdernos en la bruma de las cosas. Hasta que ocurre, también por alguna cuestión misteriosa, la necesidad de conectar el pasado, presente y futuro en una sola línea de tiempo capaz de resignificar nuestro nombre, nuestra vida. 

Cuando supe quien era, es una novela que indaga en los nudos y secretos familiares, pero también en el proceso en primera persona de la protagonista en torno a esas revelaciones. Ucrania, San Luis, Córdoba y Chaco son los escenarios en los que ocurre la supervivencia y la belleza. 

Lili Jepik, combina una prosa elegante con sutiles hilos poéticos para decir lo indecible acerca de los  vínculos, procesos migratorios y amores frustrados.Como un río que trae caudales de agua para nutrir la tierra, la autora trae para nosotros palabras profundas, que intentan calmar la sed de las preguntas que nos hacemos sobre los tejidos ancestrales. 

Tengo miedo a quedar clausurada en mis palabras … sin voz: muda, piensa Anastasia. Helena pretende solucionar la situación. Catalina busca explicación y refugio en sus creencias. Camila vive con fortaleza los días y contiene a su clan.

¿Cuáles son los mapas del silencio de cada familia? ¿En qué dimensiones actúa la palabra no dicha? ¿Seremos capaces de enfrentar los recuerdos más horribles para sanar?

El silencio que cae nos acerca en primera persona un entretejido de voces, pensamientos y emociones de mujeres que intentan habitarse y trascender los mandatos. Una novela que nos estremece, por su crudeza, pero sobre todo por la ternura con que están descritos los rituales, las charlas y los abismos de cada una de las protagonistas. 

Adriana Taschetta y Elida Trossero escribieron esta historia juntas en pandemia. Cada palabra fue consensuada, cada palabra es imprescindible. La novela fue escrita completamente “online” y es la culminación de un proceso auténtico de exploración de sus universos personales.

Afuera, sigue el sol brillando mientras que adentro, las sombras ocupan el espacio…